Calefacción por gas vs calefacción eléctrica
La climatización (ya sea para calentar o enfriar una vivienda) representa el sistema que más energía consume en una vivienda. La calefacción puede llegar a gastar el 40% de la energía consumida a nivel doméstico.
Debido a esto, se sigue buscando qué tipo de calefacción es más económica y eficiente. Pero no sólo en relación a los aparatos, sino también a la fuente de energía usadas: el gas o la electricidad.
Calefacción eléctrica o de gas
Actualmente, casi el 40% de los españoles se decantan por la calefacción de gas natural, mientras que menos del 20% elige la electricidad como fuente de energía.
Estos sistemas poseen una serie de ventajas y desventajas:
Sistema | Ventajas | Desventajas |
Gas natural | ● Alta eficiencia
● Energía limpia y segura ● Precio económico
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● Instalación cara
● Mantenimiento difícil ● No hay suministro en todo el territorio
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Electricidad | ● Instalación económica
● Sin mantenimiento ● Energía limpia y segura
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● Electricidad más cara
● Posible subida potencia |
¿Qué calefacción es más económica?
Ya sea por eficiencia energética o precio del kilovatio hora, la calefacción por gas natural resulta más económica. La mejor energía para la calefacción es el gas natural, tanto por su eficiencia energética como por su precio.
Además, se trata de una fuente de energía cuyo suministro es continuo. Esto las diferencia de otros derivados del petróleo como el propano o el butano, que requieren de bombonas. Cierto es que, en la actualidad, el propano canalizado sí permite un sistema continuo.
Su principal desventaja es que, como hemos comentado, no existe suministro de gas natural en todos los puntos de España. Sin embargo, las diferentes distribuidoras españolas de gas natural están haciendo grandes esfuerzos para que este tipo de energía llegue a todo el territorio.
Calefacción eléctrica
Lo bueno de este sistema es que no requiere de una gran instalación y que existen diversos tipos que se adaptan a las necesidades de cada uno:
Tipos de calefacción eléctrica:
- Radiador de aceite: de los más antiguos, en él se desprende calor debido al calentamiento de aceite.
- Bombas de calor: si bien calientan una estancia, el calor no se reparte por toda la casa.
- Acumuladores de calor: almacenan calor para luego liberarlo cuando la persona lo conecte.
- Suelos radiantes: es de los más modernos, y da calor de forma homogénea a toda la vivienda. Funcionan mediante una red de tuberías que transportan agua caliente.
Si bien es cierto que la electricidad es más cara que el gas natural (hasta tres veces), en ocasiones es la única alternativa. Sin embargo, el uso de acumuladores de calor puede suponer un ahorro importante en electricidad.
Acumulador de calor
Este tipo de sistemas, bien utilizados, puede reducir bastante la factura de electricidad. Su funcionamiento es el siguiente: acumulan calor y luego lo descargan.
En este sentido, los acumuladores de calor aumentan su eficiencia junto con las tarifas de discriminación horaria. Este tipo de tarifas posee una división horaria en el precio, siendo mucho más económico el kilovatio hora por la noche, en el horario valle.
Si cargamos el acumulador por la noche en el horario barato, nos costará menos y, después, podemos descargar el calor durante las horas más caras (horario punta).