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Es posible que hayas comprado una casa y quieras hacerle una reforma completa o que quieras reformas algunos aspectos de tu vivienda para conseguir, por ejemplo, ahorrar en las diferentes facturas de energía.

Uno de los primeros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de acometer una reforma, es si nuestras finanzas personales están preparadas par ello.

Obviamente, el tipo de reforma que queramos hacer determinará el coste y cómo lo afrontaremos. Veamos algunas formas de acometer diferentes reformas.

Reforma de la casa, préstamo o hipoteca

Hasta hace unos años, al pedir una hipoteca se “engrosaba” el montante de la misma para poder hacer frente a otros gastos como la decoración o las posibles reformas.

Según un Real Decreto de 2018, el Banco de España empezó a tener poderes para limitar el endeudamiento de una hipoteca (en función de la renta) y el porcentaje de capital teniendo en cuenta las garantías.

Esto intenta terminar con aquellas hipotecas que no sólo financiaban el 100% de la vivienda, sino una cantidad superior para la reforma.

En la actualidad, a la hora de acometer una reforma (que no podamos pagar a tocateja), existen dos opciones, una ampliación de hipoteca o un préstamo personal. La primera opción no está bien visto por las entidades bancarias e implica determinados gastos como los siguientes:

  • Comisión por renovación.
  • Nueva tasación de piso tras la reforma.
  • Gastos de gestoría y notaría.
  • El Registro de la Propiedad.
  • Impuestos de Actos Jurídicos Documentados.

Sin embargo, en determinados bancos podemos encontrar préstamos hipotecarios específicos para reformas que pueden salirnos más rentables que un préstamo al consumo, puesto que su interés es más bajo y el periodo de devolución, más largo.

 

Tipos de reformas y ayudas

Sin embargo, tanto los préstamos personales como los hipotecarios son la mejor opción para aquellas reformas que van a conllevar un gasto muy grande.

Sin embargo, existen otro tipo de reformas cuyo importe será menor y que, además, cuentan con alguna ayuda y subvención destinada a abaratar costes.

Dos de los tipos de reformas más acometidos en la actualidad son las reformas de instalaciones eléctricas o de la instalación de gas natural, las cuales poseen ayudas tanto a nivel municipal como nacional.

En cuanto a la primera opción de reforma, existen dos grandes motivos, para mejorar y adaptar la eficiencia energética y la instalación a las nuevas normativas o bien el cambio de instalación monofásica a trifásica. Mucha gente desconoce el tipo de instalación eléctrica que posee en su vivienda y,en ocasiones, ésta puede ser una instalación trifásica, no muy recomendable a nivel de vivienda, sobre todo por el coste de la factura de luz derivado.

Otro de los motivos es que, debido a las actuales normativas de eficiencia y seguridad en cuanto a las instalaciones eléctricas, muchas no superan los trámites y documentos necesarios por lo que dichas viviendas no pueden poseer suministro eléctrico, lo que obliga a una reforma de toda la instalación.

En cuanto al segundo tipo, la gran subida de la luz y los esfuerzos de las distribuidoras por hacer llegar el gas natural a cada vez más zonas de España, ha conllevado que mucha gente cambie a una instalación de gas natural en aspectos como la calefacción, la cocina o el agua caliente sanitaria.

En Refobel te asesoraremos sobre la mejor forma de llevar a cabo tu reforma de vivienda.